Segunda semana.
¿Han sentido esa
falta de inspiración a la hora de hacer algo? Es lo que estoy sintiendo ahora
mismo. Había postergado tanto hacer esta bitácora que me cuesta saber por dónde
empezar. Por ahora estoy rezando para que no se me vaya la luz como la semana
pasada y estoy asegurándome de guardar cada tres segundos, algo exagerado, pero
más vale ser precavido que volver a empezar y escribir toda la bitácora desde
mi celular.
En la primera sesión
de esta semana llegue un poco tarde y cuando llegue ya Cobos estaba dando la
clase, todavía no había entrado en materia, sino que estaba revisando algunos
blogs de mis compañeros para darles la respectiva retroalimentación. Pensé que
estaba cogiendo los blogs al azar, pero me sorprendí cuando Cobos pregunto que
quien quería ser el siguiente, mi amigo alzo la mano. “¿Por qué?” Le pregunte y
el me respondió que daba puntos extra. Ni así me convenció de alzar la mano
para que leyera mi blog, la verdad nunca me ha gustado la lectura en voz alta
de mis trabajos o escritos y menos enfrente de una clase. Mi amigo también me
dijo que fuera a coger un portátil, a decir verdad, quede un poco loco ¿Un
computador? ¿En dónde? Nunca había estado en alguno de esos salones ni conocía
la existencia de ese mueble que tiene los portátiles. Me levanté un poco penoso
y cogí mi portátil.
Después de leer
otro blog, Cobos decidió que leería el blog de mi compañero, sin embargo, para
la mala suerte de él y sus deseados puntos extras, su blog estaba super
desorganizado y se veía mal. (Nota mental: No escribir el blog en Google Docs) Me
dio un poco de risa, porque el creía que una vez lo corrigiera si lo leerían,
pero eso no paso. En lugar de eso y gracias a la lectura del Blog de una
compañera, Cobos nos dijo que buscáramos “que” en el buscador de la página, y
oh sorpresa, la mayoría teníamos más de 70 “que” en nuestros textos, como
seguramente yo tendré en este también por explicar esto. -Obviamente no contaran- Pero es difícil
lograr el reto de no usar más de un “que” por párrafo, estamos tan
acostumbrados a esa muletilla que no nos damos cuenta de cuanto la usamos y de
cuanto somos dependientes de ella, por lo menos a mi me esta dando más de un
dolor de cabeza pensar que poner en lugar de ella.
Luego de explicar
aquello, Cobos dijo que el pretendía que con el ejercicio de las bitácoras
nosotros alcanzáramos distintos niveles de escritura. Los niveles iban desde
literal, inferencial, intertextual y analítico. Según el profesor se debe
intentar alcanzar los tres; El literal lo logro a lo largo de las bitácoras
contándoles todo lo que va pasando clase tras clase, intertextual
relacionándolo con algo más por fuera del tema de lo escrito y analítico lo
usare más adelante para contarles una parte de la sesión del miércoles. Ah, me
falta el inferencial… cuando deducimos y concluimos la importancia de algo. Por
ejemplo, la importancia de la clase y de cada una de estas bitácoras para
nuestro crecimiento profesional.
Luego, Cobos preguntó
si alguno de nosotros teníamos las lecturas impresas, desde luego yo no, aunque
sea más útil a la hora de leer se gasta papel y prefiero no hacerlo. Finalmente,
un compañero dijo que las tenía y Cobos dijo que era perfecto para el ejemplo
que quería dar. Fue gracioso porque Cobos menciono que las personas que subrayaban
aprendían más lentamente que las personas que no, pero que parecía curioso que las
personas que subrayaban y escribían al lado de lo subrayado eran quienes
mejores aprendían. Desde luego yo no subrayaba ni escribía a menos de que fuera
un concepto difícil de entender, entonces supongo que seré de aprendizaje
normal.
En la segunda
sesión, es decir la del miércoles, tocaba traer el portátil. No lo traje porque
pensé que no sería necesario y eso era cosa de la clase pasada, pues me
equivoque y me arrepentí de no llevarlo.
La clase consistía
en la importancia de identificar la veracidad de lo que hay en las distintas
paginas web y del Internet en general. Cobos nos hablo sobre las famosas fake
news, las cuales estaban en furor y gracias a ellas había mucha gente
desinformada que seguían divulgado la misma información y se volvía un ciclo sin
fin. Cobos nos mostró unos ejemplos sobre las famosas fake news, uno de ellos y
el cual me causaba bastante gracia era el del estudiante colombiano que investigaba
una enfermedad mortal y no se le reconocía lo suficiente. Es gracioso porque el estudiante era un actor
porno. Al parecer a Cobos no le hacia gracia mientras que al resto de la clase
sí. ¿Recuerdan la parte analítica de la bitácora? Este es el momento donde hare
uso de ella. Cobos nos mostro una pagina de twitter que se encargaba de
divulgar estas imágenes y mas fake news, “El gol garracol” se llamaba. Desde el
mismo nombre a mi parecer era una parodia y se sabe que se podía esperar de ella
y de su contenido. De hecho, el objetivo de estas paginas y de las imágenes no
es el desinformar sino más bien utilizar cosas que fueron noticia hace un
tiempo o son conocidas, y crear imágenes como la del joven colombiano, para que
la gente se entretenga y se ría un rato. Incluso me atrevería a decir que un
90% de los RT y favs de esa publicidad son por molestar, y el otro 10% porque
creen que es verdad.
Es cierto que ese
10% se desinforma, pero pienso que es tan culpa del que lo comparte sin saber y
sin verificar fuentes como el que creo la imagen y la pagina con fines humorísticos.
Otro ejemplo de esas paginas es el famoso “Actualidad Panamericana”. Recuerdo
que el año pasado la Javeriana trajo a los creadores de la pagina y ellos por
cuestiones de seguridad tuvieron puestas mascaras todo el tiempo. Lo que ellos
decían es que más que divertir a sus lectores lo que buscaban con sus fake news
era hacer una critica y que la mayoría de gente que los seguía entendían el
punto de ellos. Sin embargo, no creían que afectara demasiado a los que creían
que eran ciertas, porque solo bastaba con verificar en Google sobre la misma
noticia y encontrarían que la noticia era absurda y se informarían sobre la
verdadera noticia, la que importaba.
Para finalizar la
sesión, Cobos nos dijo que cogiéramos una pagina al azar que hablara sobre la
cultura informacional y buscáramos 50 características en ella. No había conseguido
ni 30 cuando dijo que nos hiciéramos en parejas y termináramos las dos que
habíamos escogido. Por último, nos mostró una tabla para verificar la veracidad
de una pagina web y nos leyó la bitácora de un compañero de semestres atrás que
hablaba sobre las verdades y las mentiras que abundaban en Internet y que debíamos
ser inteligentes y estar preparados para desmentir algo que viéramos en línea.
Que no comiéramos cuento y que fuéramos críticos de todo lo que leíamos en
Internet, ya que no había control alguno para publicar en él.

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